Los sentidos son muy importantes en el desarrollo del niño ya que constituyen los canales por dónde se recibe la información. A partir de estas informaciones el niño podrá dar respuestas y realizar acciones inteligentes. La sensación es una información recibida por un estímulo sobre los órganos sensoriales. Existen tres tipos: interioceptivas que llegan del medio interno del organismo, las propioceptivas que aportan información sobre la situación del cuerpo, y las exterioceptivas que aportan información del mundo exterior. En función del carácter más o menos subjetivo y objetivo de la información se dividen en protopáticas y epicríticas. Las primeras son inseparables de los estados de ánimo, y las segundas, todo lo contrario.
Pero, ¿cómo organiza el cerebro esta información sensorial? Existen tres perspectivas:
-Ambientalista. Se parte de la idea que la percepción es adquirida. Los partidarios establecen una diferencia entre sensación y percepción, y afirman que el niño al nacer sólo tiene sensaciones independientes.
-Maduracionista. Formulada por los psicólogos de la Gestalt parten de que no existen sensaciones aisladas sino que el niño tiene a principio una visión global de los objetos y es capaz de percibir un conjunto antes que las partes diferenciadas. Siguiendo el hilo de la Gestalt, algunas de sus leyes son: ley de la buena forma, ley de la proximidad, ley de semejanza, ley de cierre, ley de figura-fondo, entre otras.
Tras numerosos estudios en torno a cómo el niño percibe las cosas del mundo que le rodea, se acepta en general que el niño tiene una percepción del objeto en función de las características del propio objeto.
Sí, el desarrollo de los sistemas sensoriales viene determinado por la interacción del potencial genético y la influencia del ambiente y los factores que influyen son la situación ambiental, los recursos físicos del sujeto y las condiciones psicológicas del sujeto.
Según Bower, el niño al nacer tiene una capacidad perceptiva general o abstracta que irá haciéndose más específica a medida que el niño crezca y tenga experiencias determinadas. Por ejemplo, el lenguaje.
El conocimiento de las cosas a través de las experiencias va a predominar sobre las informaciones sensoriales. Parece ser que hay un momento en el que el niño da prioridad al conocimiento que tiene acerca del mundo aunque éste esté en contradicción con una información sensorial dada.
El educador es, por tanto, responsable de que los niños utilicen sus sentidos como elementos primeros y fundamentales del conocimiento, además de ofrecer un ambiente estimulante que permita al niño multiplicar sus experiencias y desarrollar sus capacidades perceptivas. Esto podrá llevarse a cabo mediante actividades sensoriales que trabajen cada modalidad sensorial o a través de la observación de situaciones de la vida diaria. Algunas de estas actividades para el desarrollo de las percepciones visual, auditiva, táctil, olfativa y gustativa son: para la visual, ofrecer objetos de color vivo, móviles, imitar…; para la auditiva, escuchar sonidos, imitarlos y provocarlos, objetos sonoros…; para la táctil, plasmar huellas, juegos con ojos cerrados, manipular…; y para la olfativa y gustativa, saborear alimentos, oler flores…
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