miércoles, 12 de octubre de 2011

De lo espiritual en el arte

    Cuando es representada de manera esquemática, la vida espiritual sería un triángulo agudo dividido en partes iguales, la menor señalando hacia lo alto. Al ir descendiendo, cada parte se hace más ancha. En todas las partes del triángulo se hallan artistas. 
    Las épocas en que el arte no cuenta con un representante de altura, son épocas de decadencia en el mundo espiritual. Los hombres dan una valoración excesiva al éxito exterior, se interesan únicamente de los bienes materiales. La pregunta que les preocupa es cómo se representa un objeto en relación con el artista. El arte continúa por la senda del cómo. En esos tiempos el artista resalta por un mínimo de diferencia, apreciable por determinados círculos de conocedores.
    Aunque este cómo no dé frutos, en la misma diferencia se encuentra una posibilidad de no ver únicamente lo duro y material en el objeto, sino lo que es menos corpóreo que el objeto.
    En la actualidad una de las partes inferiores escucha las primeras consignas del credo materialista. En las partes superiores surgen otros temas, que no estaban en las señaladas hasta ahora: la Ciencia y el Arte. Estas personas son positivas y únicamente aceptan lo que es susceptible de medirse.
    En el campo artístico son naturalistas que aceptan la personalidad… Sin embargo, en las  secciones superiores existe una inseguridad debido a la formación intelectual. A medida que se asciende dentro el triángulo espiritual, esta inseguridad se va perfilando.
    Los colores tienen un efecto psicológico en las personas que provoca una vibración anímica en nuestra alma. Por ello son utilizados en el tratamiento de enfermedades, este tratamiento es llamado “Cromoterapia”.
    En una obra plástica los colores y las formas que utilizamos son los que nos trasmiten sensaciones cuando las vemos. Los colores nos trasmiten diferentes sentimientos y gracias a ellos podemos saber lo que se nos intenta contar en una obra de arte. Por ello, según las combinaciones de los colores las obras tendrán diversos significados.
     Actualmente, en el arte plástico está todavía muy presente la naturaleza/realidad aunque se puede decir que se está en el comienzo de la separación del arte y la naturaleza. Cuando vemos un cuadro no separamos el sentido práctico del abstracto.
    Hoy en día hablamos de una construcción latente dentro del arte dirigida al alma y que consiste en crear formas de forma casual y sin coherencia aparente, en el lienzo, para expresar lo que se siente y dejar a un lado la coherencia interior.
     Para que una obra sea buena el artista tiene que educarse y ahondar en su alma, cuidándola y desarrollándola y así ser capaz de transmitirnos algo con sus obras.
    Estas formas se dividen en dos grupos: la composición simple que la calificamos como melódica; y la composición compuesta que la calificamos como compleja o sinfónica.
    Si se elimina el elemento figurativo de la composición melódica aparecen formas geométricas primitivas que apoyan un movimiento general, así composiciones melódicas pasan a ser rítmicas y la pintura posee su propio ritmo. Cuando el orden no comprendido  pasa a ser arrítmico, la división de este con el ritmo se vuelve susceptible, con ideas falsas que se tienen como verdaderas.
    La fantasía del espectador es importante en el teatro actual, es una progresión desde lo material a lo espiritual necesaria para el teatro del futuro, destacando que los medios artísticos han evolucionado desde lo concreto a lo abstracto y la música puede evitar la extensión en el tiempo mientras que la pintura puede utilizarla.
    La verdadera obra de arte nace cuando el alma del artista está viva.

 

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